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Si tu definición no existe, invéntala.

Recuerdo que hace algunos años, un día muy MUY caluroso estaba con unos amigos en Bacalar, amigos que también son emprendedores. Teníamos esas pláticas interminables de nuestros negocios en donde sacábamos todas nuestras frustraciones, estrés, alegrías, errores y aciertos que solo entre nosotros entendíamos.

Una plática llevó a la otra hasta que tomamos el tema del empresario y el emprendedor. Tremendo debate.

¿Qué quieres ser? Pregunté a uno de ellos.

Y me contestó, pues es que de emprendedor te transformas en empresario en algún momento, cuando la empresa se vuelve estable, baja el estrés y no nos falte dinero.

Mientras preparaba mi bebida con coco me reí y le dije ¿y si nunca te deja de faltar dinero? ¿Serás un emprendedor eterno? No creo que eso nos defina ¿o sí?

Nos pusimos a buscar en Google las definiciones para poder ponerle fin al debate intenso, saber qué somos y qué queríamos ser. Actualmente todo tiene que tener un nombre ¿Qué no?

Hay muchísimas definiciones y comparativas, si lo buscan en forbes la primera característica de un emprendedor es ser ansioso, y claro ahí estábamos googleando en medio del paraíso ¡¿que éramos?! ansiosos sí, por supuesto.

Entonces ¡Sí somos emprendedores!, nos detuvimos pensando y le dije, espera... ¿eso se nos quitará algún día? ¿Así nos transformarnos en empresarios? ¿Seremos serios, tranquilos, introvertidos, todo estará bajo control y no nos brincará el ojo en cada decisión? Que aburrido, pensé. Y seguimos buscando.

En esa platica, en retrospectiva, me di cuenta de algunas cosas…

A pesar de que soy muy MUY organizada, en la empresa nunca tuvimos una planeación estratégica, o al menos no como las cotidianas. No teníamos datos específicos de los números, creamos y creemos todo con base a nuestro instinto y así ha funcionado. Nunca tuvimos manuales de organización, no como lo hacen los empresarios.

No vivimos presionados, bueno a veces sí, de hecho bastante. Pero es una presión bonita, aunque mi terapeuta diga que no. Es un plan de vida y me encanta disfrutar cada paso que vamos dando a nuestro ritmo y a nuestra forma. El camino hay que bailarlo.

Recordé que cuando iniciamos, algunas personas me cuestionaron todo lo que "me hacía falta" según los libros. Todos esos manuales, toda la formateria, toda la planeación y la teoría que la mayoría de las veces queda muy lejos de la realidad.

No digo que tooodo eso este mal, no, por supuesto que no. Creo que cada quien es diferente y tiene sus propias estrategias. No hay un manual del éxito y menos en el emprendimiento. Cada negocio y cada persona tiene su propia fórmula para hacer realidad las cosas. En mi experiencia creo firmemente que si tienes un plan hay que ejecutarlo ¡YA! Porque solo hay una forma de saber si el negocio es redituable y es vendiendo y solo hay una forma de saber si vas a vender o no y también es vendiendo. Y el tiempo es oro y la vida se va, ¿por qué esperar?

En fin, seguimos leyendo en Google que éramos y a dónde íbamos. Existían demasiadas definiciones, algunas parecían estar en competencia, otras eran comparativas muy absurdas. Detuve la plática y dije, no creo que tengamos que elegir, es algo que sentimos y ya. ¿No crees? Podemos ser lo que queramos ser, acto seguido vi al infinito y drink, drunk, drank seguíamos brindando por lo bonito de decidir qué queríamos ser y hacia dónde nos dirigíamos. 

Ya para no aburrirlos y esperando que no se decepcionen del final, ese día que recuerdo muy bien pensé…  Claro que me encantaría llegar a tener las características que Google dice que tiene una EMPRESARIA y que mi empresa sea más estable y crezca más y más, pero TAMBIÉN quiero y necesito seguir con mis características impredecibles de EMPRENDEDORA, poder crear en medio de la incertidumbre, no saber qué pasará la mayoría de las veces, empezar de cero una y otra vez proyectos que me quiten el sueño.

¿Es muy difícil decidir y tener que etiquetar tus sueños y aspiraciones a una sola definición no?

Bueno, eso estaba analizando en silencio y cuando quise expresarlo con el corazón en la mano y exceso de sentimiento me confundí al hablar y dije EMPRENDESARIA (eso le pasa mucho a los hiperactivos, inventamos palabras por hablar tan rápido, sumado a que recuerden que dije que estábamos en el paraíso tomando bebidas con coco...) Luego de muchas risas, dije: SI, justo eso quiero ser. Voy a ser emprendesaria, llegaré tan lejos como el universo me lo permita pero nunca nunca dejare de crear, de tener retos y de hacer lo que más amo. No quiero tranquilidad, me encanta sentir que estoy viva.

Y así es como surgió hace unos años esa definición, en medio del sol, palmeras, cocos, buenas pláticas, amigos y buena vibra. Los mejores momentos de la vida son así de simples y se quedan en nuestra memoria más tiempo del que imaginamos.

Que nadie les diga qué son, quiénes son, a dónde van y cómo lo tienen que hacer, NADIE.

Sigan sus instintos y su corazón, muchas veces tienen más razón que los libros.

Y si solo tenemos una vida, hay que ser lo que queremos ser, no lo que los demás no pudieron ser. Vivan bonito y dejen huella, nunca sabemos a quíenes estamos inspirando.


Las opiniones expresadas en este blog son responsabilidad exclusiva de la autora y no representan necesariamente los puntos de vista de la MGDE.