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El arte de contar historias, parte II.

La semana pasada les conté un poco sobre el storytelling, el arte de contar historias.

Como les mencioné es un tema muy muuuy extenso, así que platicaremos un poco más sobre el tema esta semana.

En lo personal, el objetivo del storytelling en cuestiones de marketing es conectar con el cliente creando un vínculo más emocional. Hacerlos parte de tu marca, de tu comunidad, de tu tribu como muchos le llaman ahora, pero desde las historias...

Esa parte emocional se da porque en ningún momento vamos a hablar del producto o del servicio, al menos no como una venta. Podemos tener las mejores ideas, pero si no sabemos cómo expresarlas será difícil conectar.

Al principio será difícil, pero con la práctica nos vamos dando cuenta qué es lo que la comunidad necesita, recuerden que cada negocio es distinto. Incluso negocios con el mismo giro no tienen la misma audiencia ya que factores como la zona geográfica, nivel socioeconómico, cultura y costumbres pueden influir.

Estamos expuestos a contenido todos los días y nos llega de todos lados. ¿Cómo vamos a sobresalir de la multitud? Tenemos que encontrar ese diferenciador que nos haga visibles, repito... no siempre será en los primeros intentos, pero hay que tener paciencia y constancia.

Otro punto importante es que la historia debe tener una estructura, más allá del inicio, desarrollo y final... no es una regla absoluta, pero al menos debemos de tener claro estos puntos:

  • El mensaje: Tener muy clara la idea que queremos transmitir.
  • El ambiente:  En donde se desarrollará la historia, para que la imaginación de los usuarios vuele.
  • El personaje: A quién nos vamos a imaginar.
  • El conflicto: Aquí es donde hay que ponerle emoción, algo muy simple no va a captar al usuario. Y es aquí donde tenemos que incluir ese toque que haga que tu audiencia se identifique contigo.
  • El desenlace: Siempre hay que cerrar bien, una buena y creativa solución hará que la audiencia te recuerde.

Suena complicado si es la primera vez que lo hacemos. Algunas herramientas que nos ayudan a desbloquear nuestra creatividad son los mapas mentales, mapas conceptuales, contar la historia a algún amigo de confianza, caminar y escuchar historias, escribir, escribir mucho, todas las ideas escribirlas y algo bueno saldrá de ello.

Algunos de los formatos en donde podemos plasmar nuestras historias son: blogs, videos en YouTube, el copy en las redes sociales, podcast y entrevistas con marcas afines.

Recuerdo que cuando inició la pandemia, con el panorama apocalíptico frente a nosotras, la instrucción de cerrar los negocios, cero ventas, una nómina que cubrir y muchos gastos que solventar... la primera acción que tomamos fue contar nuestra historia.

La publicamos en nuestras redes sociales, fue la redacción que menos trabajo me ha dado hacer. La hicimos desde el corazón y con TODA la sinceridad del mundo, exponiendo nuestra vulnerabilidad y explicando que cerrábamos físicamente pero que seguiríamos vendiendo a través de las redes sociales y WhatsApp y que lo más importante era cuidarnos. La respuesta de nuestra comunidad fue muy positiva, nos dejaron muchos mensajes de apoyo incluso en privado y compartieron muchísimas veces nuestro mensaje y por el contrario de lo que imaginamos las ventas comenzaron a llegar.

Llegar al corazón de tu comunidad es un trabajo de mucha perseverancia, la estructura y el medio por el que cobran sentido es de mucha ayuda para hacer más fácil el camino.

Estudia bien a tu público, debes saber a quién quieres llegar y cómo lo harás. Busca ejemplos de historias de éxito como Airbnb que vende hospedaje, pero sintiéndote como en casa, todo su formato es basado en la experiencia del usuario. Starbucks, vende mucho la responsabilidad social, te hace parte de ello, te regala composta, te cuenta como apoya a los campesinos. ¿Y claro que sí y porque no? las famosísimas hamburguesas que venden felicidad!  Todas todas estas marcas venden historias y conectan con las emociones.

¡Cada historia es una experiencia, encuentra la tuya y cuéntala!


Las opiniones expresadas en este blog son responsabilidad exclusiva de la autora y no representan necesariamente los puntos de vista de la MGDE.